Amada familia en Cristo,
El pasado domingo, mientras predicaba esta palabra en nuestro altar, el Señor me recordó cuán grande y transformador es Su amor. Hoy quiero compartir contigo este mensaje, porque sé que bendecirá tu vida como lo ha hecho con la mía.
Dios no tiene amor, ¡Dios es amor!
Nadie puede decir que no ha sido amado si ha conocido alguna vez el amor de Dios. Los hombres, con sus limitaciones, no pueden llenar nuestras expectativas, pero hay un amor más grande, más perfecto: el amor de Dios. Su amor no tiene medida porque es Su esencia.
Cuando el hombre pecó, perdió esa conexión divina con su Creador. Antes del pecado, Adán reflejaba la pureza de Dios, pero la caída trajo consecuencias devastadoras. Sin embargo, Jesús, el postrer Adán, vino a restaurar lo que se había perdido. ¡En Cristo hemos sido reconciliados con Dios!
El poder transformador del encuentro con Dios
Reflexionemos en la historia de Saulo de Tarso, narrada en Hechos 9. Saulo, quien perseguía a los cristianos, respiraba amenazas y consentía en sus muertes. Pero cuando tuvo su encuentro con el Señor, su vida cambió para siempre. Nadie puede encontrarse con Cristo y seguir siendo el mismo.
Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. Si Él nos sacó del pecado y de la muerte, es porque tiene un plan. Saulo fue transformado no solo en su visión física, sino también en su espíritu. Dios le habló a Ananías y lo usó como instrumento para llevar a Saulo a recibir el Espíritu Santo. Hoy el Señor nos llama a ser como Ananías: sensibles a Su voz, obedientes y dispuestos a ser usados para Su gloria.
Confía y declara Su verdad
Quiero recordarte algo importante: lo que sale de tu boca tiene poder. No importa el diagnóstico que recibas o la situación que enfrentes, aprende a creerle a Dios. Sus promesas son fieles, y aunque a veces Sus regalos vienen en envolturas inesperadas, siempre son perfectos para ti.
Dios no se cansa de nosotros. Su amor obstinado y misericordioso nos transforma y nos lleva a sentarnos en lugares celestiales con Cristo. Como dice Efesios 2:4-6:
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo…”
Mi oración para ti
Hoy oro para que esta palabra cale en tu corazón. Que puedas experimentar el poder transformador del amor de Dios, que Su Espíritu Santo habite en ti y te capacite para cumplir Su propósito. No temas, solo cree, porque el Señor está contigo y Su amor nunca falla.
Con todo mi amor y bendiciones,
Apóstol Wanda Rolón