AMADA FAMILIA EN LA FE,
El Salmo 133 nos recuerda cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía. Esa armonía es tan preciosa como el aceite de la unción que se derramó sobre Aarón. El enemigo siempre intentará interrumpirla, pero Dios promete bendición y vida eterna para quienes caminan en unidad.
La Palabra nos enseña que debemos guardar nuestro corazón, porque de él mana la vida (Proverbios 4:23). Un corazón contaminado no solo nos daña a nosotros, sino también a quienes nos rodean. Por eso, debemos permitir que Dios lo limpie y lo renueve (Salmo 51:10), amar la corrección y vivir libres de ofensas.
En Mateo 5:8 Jesús dice que los de corazón limpio verán a Dios. Esa pureza es clave para disfrutar las bendiciones de hoy y de mañana. No podemos cargar con lo viejo ni aferrarnos a lo que nos detiene; debemos extendernos hacia lo nuevo que el Señor tiene preparado.
En la iglesia primitiva, todos tenían todo en común, y la unidad trajo provisión y milagros. Así mismo, cuando Job oró por sus amigos, Dios le devolvió el doble de lo que había perdido. La unidad, la pureza y la oración por otros abren puertas de bendición.
Hoy te animo a buscar la unidad, cuidar tu corazón y creer que las promesas de Dios se cumplen aquí y ahora. Lo que Él ha dicho sobre tu vida, Él lo hará.
Con amor en Cristo,
Apóstol Wanda Rolón